viernes, 28 de enero de 2011

Carnaval como comercio y engaño, o carnaval como cultura popular y rebelión. Ejemplos Correntinos. Cristian González

de Cultura Alternativa Corrientes, el Viernes, 28 de enero de 2011 a las 23:13

 
La Alternativa a la decadencia que retrataremos a continuación

 
Quiero destacar el trabajo de un grupo de amigos, artistas militantes, del grupo 'Cultura por Justicia', que están trabajando junto a la comparsa barrial 'Bella de la Costa' de Corrientes...
Que en el día a día van escuchando a la gente del barrio y construyendo en los hechos una cultura alternativa. Que hicieron parte de los instrumentos y todos los trajes como cosas recicladas, transmitiendo así un mensaje anticonsumista, ambiental, anti-derroche, etc.  Amigos que inculcan que lo fundamental no son la competencia el lucro y la ostentación y sino la libre expresión popular, la organización y la concientización. Tal es la revolución que significa su acción en comparación con la decadencia capitalista que describiremos en el desarrollo de la nota, que han hecho una canción propia cuyo contenido es político-ambiental y llama a organizarse, levantarse, abrir los ojos, ante los que venden las tierras correntinas, nos mienten y reprimen. Otra diferencia es que las reglas en la comparza barrial, las coreografías, las temáticas, buscan la libertad de creación, de movimiento. No hay tantas reglas, tantas prohibiciones y sanciones. A diferencia del carnaval capitalista lleno de ellas. Es un trabajo que quiero destacar por su profundo significado histórico-cultural. Están reactivando desde una de sus mas grandes creaciones, la cultura del pueblo, para el pueblo. Quizás no los dejen entrar en las pasarelas mayores, como a la mayoría de los pobres, pero no todo pasa en esa 'pasarela', al contrario, cada vez pasa menos. Por fuera, por entremedio, en las grietas, el pueblo y sus artistas crean, subvierten, y preparar la liberación social, que es en definitiva la única forma de hacer posible una cultura alternativa anticapitalista, socialista. 
Carnaval. Liberación. Subversión
La historia del carnaval es muy antigua. Tiene miles de años. No nos vamos a meter en eso por ahora. Siempre significó en mayor o menor medida un tiempo de 'permisividad' y descontrol como dice Bajtín en un artículo. Tiempo en que se alteran las relaciones entre las personas, entre las clases y castas. Donde las jerarquías y posiciones sociales se alteran y desafían en el marco de un juego mas o menos legalizado -de hecho- que como todos los juegos reales es muy serio.
La burla y la risa. El inconciente social aflora como cultura popular.  Aflora ese inconciente, esa zona bajo llave dónde van a parar -por un mecanismo de auto-defensa- los saberes que amenazan la salud física y emocional de los oprimidos, debido a la represión por parte del estado que llaman los desafíos a la situación de opresión y humillación-.
Así como en un consultorio en una situación preparada, artificial, Freud buscaba objetivar y volver concientes las determinaciones últimas de las conductas cotidianas, los pueblos han sabido siempre prepararse sus fiestas para volcarse por entero y ver en las entrañas de sus almas, deseos, broncas y frustraciones.
Por mas que el carnaval se termine y las 'cosas' vuelvan a su normalidad, algo pasó. Nos hemos visto, sabemos mas ahora de nosotros mismos. El carnaval tuvo siempre mucho de Catarsis. La cultura popular se desarrolla entre las grietas de la cultura hegemónica, oficial, estatal, regimentada. Impone nuevas reglas. Transforma y crea. Y los partidos y grupos revolucionarios son aliados objetivamente de la cultura popular, lo sepan o no. 
El ejemplo de Paso de los Libres: el carnaval hoy es el mas vil comercio y entretenimiento
Hace ya algunos años, la elite política tradicional de Paso de los Libres, en alianza con sectores empresarios, sacó el Carnaval del centro de la ciudad y lo llevó a un corsódromo en las afueras. Han gastado millones en un corsódromo y seguramente se han robado una parte sustancial. Muchos funcionarios han ido incrementando exponencialmente sus patrimonios.
Esas élites políticas, empresariales y sociales, han ido robándose la fiesta popular. Le han ido imprimiendo sus necesidades y su lógica. Hoy el carnaval ya no es participativo, cada vez hay menos comparzas. Hoy lo fundamental es la competencia y el lujo. Y el pueblo es un espectador, no un actor. Su rol es pasivo. Hay una competencia por la lujosidad de los trajes y la 'perfección de los cuerpos-objetos'. Las mujeres deben, según la ley imperante de hecho, sentarse a ver cómo sus maridos fantasean con los cuerpos esculturales dados a publicidad, y deben buscar imperfecciones, 'detalles' en los trajes.
Todos deben buscar 'la mas linda'. Las travestis se sienten en libertad por el clima de permisividad en la pasarela, como uno de los puntos positivos de todo esto. Igualmente la permisividad muere con los altos valores de las entradas y las pasarelas, los policías sacados dispuestos fácilmente a pegar a la masa descontrolada; la montada rondando los alrededores, etc. 
Los temas:
Los contenidos de los temas de las canciones son a-políticos y en su mayoría autoreferenciales. Cantarse a sí mismo. Como en el fútbol actual, se trata de enaltecerse y derrotar al rival. Ya no es un juego, es una competencia real que tiene aristas económicas también. Los temas en su mayoría no cuestionan nada. En las comparzas del 'grupo B' se encuentran mas contenidos. Es que éstas son las comparzas de los pobres, y los pobres necesitan expresarse.
 
Los personajes detrás de la escena.
Hay un personaje bastante conocido, con una presencia destacada en el último desfile de aniversario de la ciudad llamado Saúl Acuña. Este tipo 'consigue cosas' como por ejemplo hacer el gancho con la modelo Ingrid Grudke para que venga a actuar en la pasarela, por la trascendida modesta suma de $30.000, que podrían ser invertidos en salud, educación, cultura.
Pero la idea es estupidizar, darle al pueblo circo. Este tipo, Saúl Acuña, es un operadorsucho político de Luis Gioja, el Sanjuanino socio de la minera Barrick Gold que esta volando nuestras montañas y glaciares, contaminando nuestras aguas y robando nuestros metales. Además está haciendo a la luz pública su trabajo de alcahuete con el Gobierno Visqui de Paso de los Libres, que, oh casualidad! apoya el 'proyecto productivo' de los Colombi, de pasteras, represas, monocultivos de Pino y Eucaliptos, arroceras sin control, y corrupción estructural en todas las esferas del estado. Especialistas de la rosca y el engaño. ¿Es el arte de entretener al pueblo para poder seguir robando? ¿Y la reproducción de la cultura capitalista comercial, machista, consumista, frívola...? Sí lo es, y mas. 
La municipalización. Sigue el curro
El año antepasado, cuando se aproximaban los corsos 2010, se inició en Libres una gran polémica por un intento de  licitaciones truchas y de espaldas a la sociedad y las comparzas, de negocios del carnaval a empresarios, en especial dirigente Liberal correntino llamado Fernandez Affur, el 'Pepe'. El señor, un 'organizador' de 'pequeños eventos' como el carnaval correntino, bicho para mantenerse cerca e intercambiar favores con la 'clase política tradicional'; por supuesto un 'fundamentalista' de los negocios privados con las fiestas populares. Estas licitaciones tendían a ir en detrimento de empresarios libreños, y generaron malestar en la población por la cual fracasaron y quedaron en manos de 'Obregón' llamado por algunos el 'Rey de las Sillas' (por la infraestructura que ha ido armando para lucrar con los corzos) y con un fuerte peso en la organización del 'Beto' Antouche, ligado al P.J local y propietario de una radio.
Como era esperado, los corsos del 2011 se han municipalizado, se ha involucrado el municipio, por el curro que significan, y para debilitar a Antouche que se perfila como candidato para desbancar a los Radicales de Visqui.
Este año los corzos, ya 'municipalizados', han profundizado su elitismo y la exclusión del pueblo. Además de los altos valores de entradas, tribunas, bebidas, etc, este año van a innovar obligando a todos los participantes de las comparzas, que además de hacerse su traje, de meses de ensayo (y de desfilar para el público que con su dinero alimentará a empresarios y políticos del carnaval) tienen que pagarse sus entradas. Sino pagan no pueden ver el resto de las comparzas. Una de las situaciones mas bizarras será seguramente cuando los jueces al finalizar, definan puntos y ganadores, y todos los excluídos deban confiar en el buen gusto de fiscales sobre competidores que ellos no pudieron ver. Una burla.
 
Despilfarro.
Hay gente que se endeuda años para pagar trajes lujosos que en su mayoría no se reciclan. Hay quien paga hasta 70.000 pesos por un traje. ¿Cuantos chicos, de esos miles de hambrientos que hay en Paso de los Libres, pueden alimentarse con esa suma?
 
 
Cristian González.
MST en Proyecto Sur-Corrientes
 

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