viernes, 24 de junio de 2011

El intelectual, el indio y la revolución



Pienso en esos intelectuales prestigiosos que han ganado sus laureles anotando los detalles de la vida 'del otro' (como les gusta llamar a los antropológos al que no es 'ellos'), sin comprometerse demasiado con su liberación, sin ponerle el cuerpo al piquete, a la huelga. Pienso en los círculos de prestigio universitario. Las becas de CONICET, los programas de Naciones Unidas. Pienso en los estados capitalistas con su democracia de explotados, queriendo dar respuesta, contener, a esas migraciones concentradas en las periferias de las ciudades y a esos caídos del sistema, a ese nuevo 'otro' que vive sí en otro continente, pero dentro de la ciudad. Esos estados capitalistas que recurren a la mano de obra antropológica y sociológica para mejor contener, mejor engañar, para mejor hacer funcionar su sistema punteril. Ese intelectual que no se dice militante sino 'investigador'. ¿Para quién investigás? Para el estado burgués republicano construido sobre los huesos del otro, sobre el genocidio. Ese investigador imparcial se enrola en la Franja, en el Partido Socialista, en el Kirchnerismo. Entra en Canal Encuentro, en la TV pública..., no sin antes descubrir que el villero habla otra lengua con mas o menos la misma gramática, pero otra lengua, la que refleja SU realidad, la de la villa, la favela, el Ghetto. Pienso en esos intelectuales demócratas, diletantes, que esperan por la inclusión del otro en los estrechos marcos de la democracia burguesa. Que el otro aprenda su lengua en la escuela, pero que no pueda hablarla en su lugar de trabajo. Que el otro hable su lengua en el lugar de trabajo, pero que se organice como otro, y no junto a sus compañeros para desbancar a la burocracia sindical como un paso hacia la revolución social, la única que puede darle su reparación histórica. Esos intelectuales, si indagamos un poco superficialmente nomás, desconfían del pueblo, son social-demócratas, reformistas, defensores del sistema. Pero no es sólo una posición ideológica, es una forma de vida. Una forma light, cómoda, de aceptar su 'destino' catedrático.
 
Yo quiero que el otro, el indio, toba Guaraní, Mapuche y todas las etnias humilladas, discriminadas, y en resistencia, así como el inmigrante Paraguayo, Boliviano, sea un sólo bloque plural y solidario con la totalidad del proletariado nacional y mundial, y que sepa unir a todos los explotados de la ciudad y el campo, enamorar a la totalidad del pueblo, y arrancarle a la burguesía no sólo las estatuas de Roca, un feriado, o una ley formal para que se declare bilingüe a una provincia, sino las tierras, las fábricas, los servicios, en especial  esas procesadoras de pensamiento y cultura llamadas universidades, escuelas, medios de comunicación, bibliotecas. Es el socialismo señores, la solución al problema originario, la reparación histórica, vendrá de la mano del socialismo, o serán sólo pintorezcos simbolismos, elaboradas formalidades.
 
Piquete de Barrio Toba. Rosario


Cristian González

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