Gabriel L.: El filósofo estadounidense, Noam Chomsky, consideró que su país ya no puede controlar a América Latina del modo que ha pretendido hacerlo desde hace décadas, debido a que la región, por primera vez, está acercándose a su total independencia gracias a la integración que muestra en la actualidad.¿Esto te produce preocupación o tranquilidad?, ¿por que?
Que los Estados Unidos están perdiendo hegemonía política, económica, cultural, es un hecho indiscutible. Ya no pasan por un tubo sus resoluciones en la ONU y ha pegado un salto el desprestigio a nivel de su política económica, de su "política de seguridad" (incursiones militares, invasiones). También está perdiendo su lugar como "el referente", el país que todos quieren ser. Y su Colonialismo Cultural ya no tiene los efectos que supo tener algunas décadas atrás. Sus empresas no tienen ya la participación que han tenido en la economía mundial, aunque siguen siendo por lejos la mayor economía del mundo. Considero que estamos viviendo una profunda crisis histórica, sistémica, similar a las que precedieron a las dos grandes guerras. Hay un montón de datos, estadísticas, que prueban lo que afirmo.
A nivel latinoamericano es quizás donde se puede ver mas claramente esta pérdida de poder. El fracaso del neoliberalismo y la resistencia y posterior avance de las masas ha logrado una independencia importante de países como Venezuela, Bolivia, y Ecuador, nacionalizando recursos, enfrentando los preceptos del FMI y Banco Mundial. Otros gobiernos como el de la Argentina, si bien siguen sosteniendo una estructura semi-colonial de país (con la mayoría de sus riquezas en manos extranjeras) necesitan despotricar permanente contra los E.E.U.U, interpretando el sentir y el repudio que existe a nivel del movimiento de masas hacia los E.E.U.U (según una encuesta, Argentina está en los países con un mas fuerte sentimiento anti-imperialista). Lo que me interesa destacar, es que la "integración por arriba", que es muy asimétrica, con Brasil por ejemplo comportándose como sub-imperialismo, refleja superestructuralmente un salto en la conciencia anti-sistema de las masas a nivel global, empujado por la crisis, y un salto en las luchas. Los países (las burguesías de los países) hacen hasta donde la opinión pública les deja. Se vio en los recientes cambios de posición de la ONU frente al conflicto entre Israel y Palestina, o se ve en los vaivenes de la búsqueda por parte de los E.E.U.U de una resolución de la ONU favorable a la invasión de Irán. Y la crisis económica alguien la tiene que pagar, los salvatajes a los bancos, alguien los tiene que pagar, y las burguesías que las provocaron quieren volcar los costos sobre los trabajadores, por la vía de ajustes y ataques a conquistas sociales. Las recientes huelgas generales y gigantescas manifestaciones en Europa muestran que el pueblo y la clase obrera van a dar batalla. A riesgo de ser repetitivo: tenemos que comprender la situación del sistema a nivel mundial, y entender que por arriba los estados y gobiernos expresan (aunque no de forma mecánica) correlaciones de fuerza entre las clases sociales. Considero que el golpe de Estado en Honduras, o la instalación de 7 nuevas bases militares en Colombia, o la reactivación de la quinta flota rondando las costas latinoamericanas indican que los Yankis van a pelear por mantener su posición de "amo" militar, cultural, y cultural del mundo. No me preocupa su pérdida de hegemonía ni el salto de la conciencia, al contrario creo que estamos en una situación favorable para lograr avances revolucionarios, y que en situaciones como estas se achican las medias tintas, no son tiempos de medias tintas, como las que representan el gobierno de Kirchner (en realidad ni siquiera son media tinta, son sumisos, funcionales al imperio). Hacen falta construir alternativas políticas amplias pero que avancen en el sentido de las nacionalizaciones, en la ruptura con el imperialismo, en la convocatoria a asambleas constituyentes libres y soberanas, etc. Y comprender que lo que está en crisis es el capitalismo, por lo tanto hay que cambiar de sistema, aprendiendo de los errores y aciertos del socialismo del siglo XX.
Cristian González
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