jueves, 5 de enero de 2012

La izquierda y el ambiente

Quiero dejar en claro algunas posiciones respecto al abordaje que hacemos de la problemática ambiental, y en particular de las represas, desde una perspectiva socialista, revolucionaria. Y además ante el surgimiento de grupos promotores de un partido verde en la Argentina, motivados por las buenas elecciones en Brasil y otros países.

Sabido es que es que en la región NEA venimos llevando adelante una fuerte prédica en defensa del ambiente, participando en movilizaciones unitarias con sectores diversos. Recientemente hemos presentado un amparo colectivo* contra la construcción de la represa de Garabí en Misiones/Ctes, amparo que fue apoyado por la plana máxima de nuestro partido: son firmantes el compañero Alejandro Bodart, coordinador nacional del MST y la compañera Vilma Ripoll, y los compañeros Pablo Vasco y Pablo Vicente (abogado patrocinante, integrante del CADHU). Todo esto convirtió al MST en el único partido nacional que se ha expresado rotundamente a favor de esta causa estratégica a ivel regional, de una forma consecuentemente anticapitalista.

 

¿Qué tiene que ver el anticapitalismo con las represas?

Los planes del imperialismo para nuestra zona son, por supuesto, condenarnos a ser proveedores de materias primas y superexplotar y destruir nuestros recursos humanos y naturales, para eso nos necesitan endeudados y con un régimen político corrupto y clientelar. Con las represas se garantizan deuda usurera durante décadas, además compran políticos corruptos como Closs, gobernador de Misiones, que necesitan de esos recursos para seguir ganando elecciones comprando el voto de los mas pobres. Y todo es ganancia para el imperialismo, inundan tierras fértiles donde podríamos producir alimentos de forma soberana, así nos venden sus productos sintéticos, transgénicos, en gran parte producidos por esa burguesía subimperialista que es la de Brasil. Además con las represas nos enferman, y nos venden los remedios de los laboratorios multinacionales, y nos van exterminando de paso, preocupados por la superpoblación. El sub-imperialismo brasileño se garantiza cada vez mas el control de las aguas, indispensable para la producción, para la industria. Y a futuro el imperialismo tiene un arma potente de destrucción masiva instalada en nuestro territorio: con un sólo misil se puede destruir una represa y asesinar a decenas de miles... negocio redondo. En lo inmediato necesitan energía para poner a andar las pasteras, fábricas ultra contaminantes de un producto primario, la pasta celulósica, que será exportada para volver como papel. Mientras, grandes capitales, nacionales o extranjeros, producen forestaciones con especies exóticas de Pinos y Eucaliptos, desplazando monte nativo y secando y desertificando la tierra; centenares de miles de litros de agua son absorvidos por esas especies que esperan ser convertidas en pasta. Sin contar los agrotóxicos de las fumigaciones terrestres y aéreas, ni los trabajadores y sus familias en los obrajes, mal pagos, esclavizados, y enfermos por los venenos. ¿Y los campesinos desplazados, sin tierra, que irán a vivir en la periferia de las ciudades? Y es un todo un círculo que estamos lejos de agotar en este artículo. Por todo lo dicho, parar una represa es mas que una acción 'verde', es una acción profundamente socialista y anticapitalista, porque da de lleno contra los planes del imperialismo para la región, a los cuales se adaptan los políticos burgueses para seguir perpetuándose y perpetuando el sistema.

 

¿Verde o Rojo y Verde?

Tuve la oportunidad de charlar con compañeros de nuestra región y también de Paraguay, entusiasmados con la posibilidad de la creación de partido verde. Con ellos fui categórico, la dinámica de la realidad llevará a los verdes o a la izquierda o a la derecha, la mayor de las veces los lleva a la derecha, al campo del capitalismo, convirtiéndolos en una socialdemocracia reformista preocupada por el ambiente, con buenos auspiciantes (porque los problemas ambientales también son un gigantezco problema económico) y porque además la producción de energías alternativas por ejemplo, también puede ser convertida en un rentable negocio privado. Inclusive algunas grandes empresas interesadas en el ahorro y en la imagen corporativa, van a recaer en el partido verde, convertido en consultor. 

Sabemos que por el momento el único sistema alternativo al capitalismo es el socialismo, como sistema de gobierno de la clase obrera y los sectores populares, que constituye la transición hacia el comunismo como sociedad sin clases ni estado, sin explotación ni opresión. Si no vamos juntos en ese sentido, concientemente, lo único que harán los verdes es levantar esperanzas que serán duramente contrastadas con la realidad de un sistema que necesita destruir a la tierra para seguir desarrollándose, que necesita crear necesidades, que necesita la obsolescencia programada de los productos y la concentración de la tierra y otros medios de producción, porque el capital necesita reproducirse, y es esencialmente competitivo, y para reproducirse y competir necesita superexplotar. Por lo que decimos, es que desde el MST estamos dando respuesta a las luchas ambientales, pero concientes de que lo hacemos desde una perspectiva revolucionaria de cambio de sistema y de cambio de clases en el poder. Somos rojos y verdes. 

 

¿Qué vino primero, el 'paradigma' o el sistema?

Muchos compañeros simpatizantes verdes hablan de paradigma, del paradigma desarrollista, o extractivista, o del 'progreso'. Pero ese paradigma no existe en sí mismo sino que se desarrolló junto con el capitalismo europeo y luego global, y hace a la esencia del capitalismo, a saber, el desarrollo tecnológico para aumentar la productividad del trabajo humano, para competir en mejores condiciones para ganar mercados para acumular riquezas materiales. No podemos separar el paradigma del capitalismo. Ese paradigma es el capitalismo, aunque el capitalismo es mas que un paradigma. Por lo tanto cuando luchamos contra el cambio climático, salvo que queramos inventar términos, luchamos contra un sistema basado en la opresión y la explotación, y también en el consumismo como necesidad intrínseca, osea, luchamos contra el capitalismo. Ser 'ambientalista' consecuente es ser anticapitalista. 

 

Política roja y verde

Invitamos a todos los luchadores ambientalistas a sumarse al MST para construir una alternativa política que lleve la lucha en defensa del ambiente hasta sus últimas consecuencias, sin tener que rendir pleitesía al paradigma capitalista desarrollista y extractivista, que no es mas que la filosofía que contiene las necesidades materiales concretas del capitalismo en su fase imperialista actual. 

* Texto del amparo contra Garabí-Panambí http://mstmisiones.blogspot.com/p/amparo-contra-garabi-panambi.html



No hay comentarios:

Publicar un comentario