jueves, 5 de enero de 2012

Ser revolucionario es un estado de ánimo...

Ser revolucionario es un estado de ánimo esencialmente. Es querer el cambio con pasión y entrega. Es amar profundamente a los oprimidos y por ello mismo odiar profundamente a los opresores y sus cómplices. Quien no ama no odia. No son aptos para la militancia revolucionaria los temperamentos grises, contemporizadores, ni las actitudes cómodas. Vale mas un revolucionario dispuesto a jugársela del todo, siempre, por los oprimidos, que cientos de revolucionarios de salón y de facebook. Y a veces hay que saber estar sólo con su fe en la revolución, y confiar en nuestra gloriosa historia a lo largo de los siglos, desde las rebeliones de esclavos en Roma hasta la revolución rusa, la de Argelia, etc. También en las enseñanzas de nuestros próceres, como Marx, Engeles, Lenin, Trotsky, Nahuel Moreno. Nosotros no creemos en el éxito rápido ni en el exitismo, porque no podemos acortar caminos: o llegamos CON el proletariado y las masas explotadas o no llegaremos. O acabamos al capitalismo en todo el mundo o el capitalismo acabará con el mundo. Y ese objetivo noble no se logrará de un día para el otro ni buscando que los humanos de hoy, formados en el capitalismo, anden exacerbando nuestro ego. Nuestro ego se pierde en la magnifiscencia de nuestra causa. No es que perdamos el respeto en nosotros mismos, sino medirnos en escala histórica y planetaria. Si muchos, formados en el capitalismo, que han sido formados en su paradigma, no entienden, entonces hay que tener paciencia y simplemente abrirse paso y actuar, las nuevas generaciones y las próximas lo entenderán cada vez mas.

Cristian González

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