viernes, 13 de enero de 2012

A seis años de masacre de la Séptima: Crónica de muertes silenciadas



Un 12 de Enero de 2.006 eran detenidos en la vía pública y por "averiguación de antecedentes" MATIAS MARTINEZ (16) y DANIEL ROMERO (22) y fueron llevados a la comisaría séptima alojados en una celda junto con dos personas más RICARDO PARED (17) Y HUGO ESCOBAR (25).- Pared estaba a horas de ser padre y por ello solicito autorización al juzgado de menores para asistir al nacimiento y reconocimiento del hijo, había sido autorizado por el juzgado y pese a que la comisaría se encontraba notificada, no hicieron caso a dicha orden y no trasladaron al menor .-


El menor, preso de su desesperación, siendo las 2 de la mañana del Viernes 13 se tragó la punta de la bombilla (del mate) para llamar la atención de la guardia. Los compañeros de celda notaron con estupor que este muchacho se iba poniendo morado casi sin respirar porque esa acción lo llevó a ahogarse, entonces comenzaron los otros chicos (Martínez, Romero y Escobar) a gritarle a la guardia que internen a Pared que se estaba ahogando, que estaba morado y no respondía. Todos en la comisaría comenzaron a gritar desesperados.

Y allí comienza la masacre: viene el personal policial y propinan una tremenda paliza a los cuatro jóvenes de la celda para que se callen, los golpean, los patean, les insultan y finalmente esposan a los cuatro a las rejas de la celda, y los dejan allí y se retiran, los jóvenes comienzan a llorar a los gritos por los golpes y porque Pared parecía definitivamente inconsciente o muerto.
Desde otra celda incendiaron imprudentemente un pedazo de colchón y lo arrojaron afuera de su celda; prende el fuego luego de echar mucho humo por un buen rato, sin que la policía se apersone a ver qué pasa ante la humareda y los gritos y ocurre que el fuego se expande hacia la pequeña celda donde estaban los esposados y torturados.

El horror se apoderó del recinto, la policía no acudía a socorrer. Son vecinos del lugar que entraron ante los gritos desgarradores de estos chicos a tratar de socorrerlos, son los vecinos los que patearon y tumbaron la celda donde estaban ya inconscientes los cuatro jóvenes quemados de manera gravísima.

Entre los civiles que acudieron al rescate estaba la madre de Romero, quien presenció el calvario de su hijo, a quien esperaba que salga en las afueras de la Comisaría. Debía salir a las 24 hs., nunca salió, murió en el Hospital Escuela de la Ciudad de Corrientes el sábado 14 de enero por sus graves quemaduras. Pared y Martínez sufrieron la misma suerte LA MUERTE, mientras que Escobar, que pudo ser trasladado al Instituto del Quemado Se salvo.-

Hoy seis años después esta masacre esta IMPUNE, todos los POLICIAS GUARDIANES DE LA DETENCIÓN de los menores TODOS ABSUELTOS, pese a que innumerables testimonios en la causa hablan de la inacción del personal policial para abrir las rejas y que fueron los vecinos los que pudieron, luego de varias horas abrir, la JUEZA termino, como siempre, creyendo la versión oficial. El Gobierno no se hizo presente ofreciendo ninguna garantía de nada. La condición de los chicos empeoró cada minuto, y la sensación es que desde algún recinto del poder se ha resuelto que estos jóvenes mueran aquí, en Corrientes, para facilitar el silenciamiento de la masacre.-

Esta noche esas voces gritaran desde la celda de la comisaría séptima, nadie las oirá, como nadie las escucho hace seis años, quien suscribe alienta la esperanza que los medios puedan hacerlas oír y que la impunidad judicial tenga su contrapartida con una condena social consistente en ejercitar la memoria y estampar el sello de NO OLVIDAR.-

DR GONZALEZ HERMINDO
RED INFANCIAS ROBADAS 


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